Danzas Magnéticas

Anoche, cuando se acercaba la medianoche, recibí un llamado misterioso que cambió mi destino. Era el hombre de los billetes y me dijo que debía acompañarlo en su salida nocturna. Por supuesto mi respuesta fue afirmativa, por lo que poco tiempo mas tarde nos encontramos y nos dirigimos hacia la discoteca Studio Theater, espacio mas que usual de nuestras aventuras en la noche.

Todo comenzó tranquilo y la noche no parecía prometer demasiado. Poca gente había decidido pasar por el laberinto de lluvia que azotaba a la ciudad y poca también parecía ser la que lo haría en un futuro cercano. Igualmente nos ibamos a divertir y a ello nos abocamos concretando varios bailes y poses en la mesa en la que nos sentamos. Hicimos algunas de nuestras usuales imitaciones de las danzas magnéticas de Mick Jagger (Deberían verlo bailar en un video de un tema que se llama rain algo junto con David Bowie para darse una idea) y nos dedicamos a conocer una princesa a la que invitamos a sentarse en nuestra mesa para que pudiese esperar a sus amigas en companía (estaba sola... y la companía nuestra no era precisamente la mas respetuosa que la historia conoció). Me burlé juguetonamente varias veces de ella, pero la princesita parecía estar más interesada por el hombre de los billetes, así que me relajé, practicamente me recosté sobre mi silla y deje que mi amigo ejerciera su magia. Nada pasó, la princesa se fue y dimos vuelta de página.

Lo siguente que ocurrió fue que encontramos al director chiflado adentro de la disco, conocido nuestro de hace un par de años, por lo que el lapso temporal de ese momento lo dedicamos a conocer a sus nuevos secuaces, denominados afectivamente por mi como "power rangers" por su grado utópico de rareza, y a intercambiar historias vanidosas en las cuales siempre eramos los superhéroes y siempre quedabamos super bien parados en el final, nada más alejado de la realidad...

Una vez superada la nostalgia del reencuentro con el director, se unió el metalurgico a la dupla para conformar el tridente hombre de los billetes - metalurgico - cisne negro. Nos movilizamos a una de las partes de la disco que no habíamos visitado en toda la noche y volvimos a realizar junto al hombre de los billetes nuestros mágicos y vergonzosos pasos de baile ala Mick. Posteriormente el hombre de los billetes fue solicitado por el director chiflado y rompió el tridente, dejándonos al metalurgico y a mí en esa mezcla de cuerpos espectacularmente apretados y danzantes de la discoteca, denominada afectuosamente en otra de las salidas como "guerra civil" por el ladrón de guante blanco (ausente sonado de la noche).

Perfecto, era entonces tiempo de que el metalurgico y yo revelaramos nuestras virtudes para engatusar princesas. El primer intento mío fracasó, básicamente por mi inseguridad. De mis labios salió un tono imperativo, demasiado dictatorial, y además se me hizo imposible dominar mi lenguaje corporal y este me delató, algo comprensible dado que era la primera aproximación a una princesa que hacía en la noche.

Lo siguiente fue aproximarnos junto con el metalurgico a un grupo de cuatro chicas y empezar a hablar con dos de ellas, las más altas. La princesa con la que estaba yo estaba claramente interesada en mí, pero era algo rara, probablemente estaba en lugar de era, por el efecto armonioso del alcohol. Dejando eso de lado, la conversación no fluía, o al menos no me pareció a mi que fluyera demasiado bien, debido principalmente a ella. No quería encadenar más de tres oraciones seguidas. Aún así, relució mi inspiración porque mantuve la conversación viva por media hora aproximadamente; media hora dentro de la cual intenté dos veces besarla y le pedí el teléfono una vez. Las veces que intenté besarla me respondió que ella "no era fácil cuando no estaba drogada" WTF? pero respondía a la perfección a mis avances físicos, a pesar de que me demostré muy inseguro como con la princesa anterior; y la vez que le dije que me diera su teléfono me respondió "NO, no quiero" e inmediatamente agarro mi celular foma de jabón y anotó su número. Para hacer la historia corta, estaba interesada pero no quería quedar representada por la palabra en femenino de rápido. Danzamos un poco los dos y luego su amiga (que había estado intercambiando frases con el metalurgico) se la llevó hacia lugares desconocidos.

Demasiado larga se esta haciendo la crónica, así que, como nada mas pasó, me declaro en retirada.

Cisne Negro

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